Una semana más volvemos con una tira de GOLFA O MATINÉ. El verano se acerca y el alubión de estrenos que se aproximan viene plagado de precuelas, revisiones, reversiones, segundas, terceras y cuartas partes, reboots y demás inventos perpetrados en su mayoría en los despachos de los directivos de las grandes compañías cinematográficas.
Ya se ha dicho públicamente que es más barato exprimir un éxito del pasado que el romperse la cabeza creando algo nuevo y original para engatusar a las audiencias, porque ya saben: mas vale malo conocido que bueno por conocer.
Quizá el estreno que llega con más fuerza es EL HOMBRE DE ACERO, que al menos se han currado un título diferente para no confundirse con otra película llamada SUPERMAN. Tampoco hemos de dogmatizar el hecho de hacer "remakes", pues se ha hecho desde siempre y grandes directores en su día tomaron la decisión de re-hacer alguna de sus películas. Sin ir más lejos ahí tenéis a Alfred Hitchcock y su EL HOMBRE QUE SABÍA DEMASIADO de 1934 la primera versión, con Peter Lorre en el reparto y de 1956 la segunda, con James Stewart en una de sus numerosas colaboraciones con el mago del suspense. Las dos versiones tienen 22 años de diferencia y ambas se produjeron en una época en la que la única manera de ver una película era en un cine y esporádicamente en la televisión más avanzados los años, algo a lo que podemos extrapolar a las dos versiones de LA MOSCA: la primera fue dirigida por Kurt Neumann en 1958 y la de David Cronenberg en 1986, ambas con 28 años de diferencia. En 1986 gracias a la era del VHS era mas fácil empaparse de cultura cinematográfica y lo de los remakes todavía tenia sentido, pero hoy todos hemos visto todo de todo de mil maneras diferentes en cientos de formatos diferentes y las nuevas versiones han de pasar el examen de miles de millones de ojos críticos que aman estas películas. ¿Todabía sigue pareciendo una buena idea?
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